Probablemente hayas visto en Instagram esas mascarillas efervescentes y te preguntarás qué son, para qué sirven y por qué están tan de moda. Si bien las máscaras de burbujas pueden parecer sólo otra compra de belleza de moda, estas máscaras de espuma pueden hacer mucho por tu cutis.
El Dr. Campos, nuestro experto colaborador en cuestiones de piel y envejecimiento, nos contó lo que debes saber sobre ellas.
¿Qué son las mascarillas efervescentes?
Las máscaras de burbujas son mascarillas faciales limpiadoras que hacen espuma o forman burbujas debido a un proceso especial de oxigenación. Estas burbujas ayudan a eliminar suavemente la suciedad y las impurezas del rostro y lo deja brillante. Se pueden encontrar en varias formas como máscaras de hoja, cremas o máscaras de arcilla que contienen ingredientes espumantes e hidratantes, suplementos de colágeno y carbón activado (para una mejor hidratación y exfoliación).
¿Cómo funcionan?
Utilizan agentes espumantes y oxígeno presurizado para formar burbujas que ayudan a exfoliar la piel, destapan los molestos poros y eliminan los puntos negros y el exceso de grasa. También entregan nutrientes profundamente. Se cree que el oxígeno ayuda en la regeneración celular. Esta es una de las razones por las que se nota un "brillo" visible después de usar una máscara de burbujas. El oxígeno ayuda a estimular la producción de colágeno para que la piel luzca tersa y flexible.
Una mascarilla de burbujas contiene perfluorocarbonos que ayudan a disolver el oxígeno (de la misma forma en que el agua disuelve el dióxido de carbono para producir agua con gas burbujeante). El oxígeno se bombea a la máscara de hoja o al producto bajo presión. Luego, la máscara se sella dentro de un paquete presurizado. Una vez que saques la mascarilla y la presiones con tus dedos directamente sobre tu piel, verás el oxígeno presurizado formando burbujas. Por lo tanto, son una alternativa asequible a los tratamientos faciales con oxígeno que bombean antioxidantes y nutrientes a la piel.
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¿Cuáles son los beneficios?
Si crees que tu piel está apagada y parece sin vida, debes probar esta innovación de belleza. Estas mascarillas limpian y exfolian tu piel, mejoran la circulación y fomentan el rejuvenecimiento celular. Es una forma segura y no invasiva de aportar nutrientes e hidratación a la piel.
¿Cómo se usan?
Lo primero es limpiar tu piel con un limpiador suave. Puedes usar agua tibia para lavarte la cara para que los poros se abran y posteriormente sécate la piel con palmaditas.
El segundo paso es aplicar la mascarilla y colocarla en tu rostro suavemente. Evita las áreas alrededor de los ojos, las fosas nasales y la boca. Además, no lo apliques cerca de la línea del cabello.
Notarás que la máscara comienza a burbujear. Deja que permanezca el tiempo especificado. Es importante que verifiques el tiempo de actuación indicado en el envase. No lo dejes por más de 20 minutos ya que puede secar la piel.
Retira la mascarilla. Puedes masajear suavemente el resto del producto sobre tu piel para limpiar la suciedad y las impurezas restantes. El masaje también relaja los músculos faciales. Lava con agua tibia.
Una buena idea es sellar con un suero o una crema humectante para retener la bondad del producto y mantener tu piel suave y flexible.
¿Cuándo debemos usarlas?
Puedes usarla una vez a la semana para un estimulante rápido o mini-facial. Te recomiendo que lo uses por la noche para una experiencia relajante. Date una ducha primero para que tus poros se abran con el agua tibia y el vapor, preparando tu piel para una experiencia de limpieza más profunda.
Una última recomendación…
Las máscaras de burbujas son una excelente opción para que incluyas en tu rutina de cuidado de la piel. Son limpiadoras, suaves y seguras. Además, combate el acné, aporta nutrientes a la piel y mejora la circulación para dejar el rostro suave y radiante. ¡Elije tu máscara efervescente favorita y mima tu piel!