Hasta hace una semana, yo era un escéptico del Nothing Phone (1) . La machacona campaña de hype orquestada por Nothing para elevar las expectativas en torno a su primer teléfono me resbaló completamente, y de hecho me temía una tremenda bofetada de realidad cuando el dispositivo por fin llegara a mis manos. Me equivocaba.
De hecho, me siento un poco como Anton Ego, el implacable y agrio crítico gastronómico de Ratatouille, que de repente se siente catapultado a su infancia al probar la receta que da título a la película de Pixar. Sacar de la caja el Nothing Phone (1) y examinarlo por primera vez me ha evocado una sensación que no sentía desde hace años y que solo he experimentado con un puñado de teléfonos en toda mi vida. Esos teléfonos son: el iPhone 4, el Nokia Lumia 800, el HTC Magic, y la Blackberry Z10.
Todos esos dispositivos tenían cosas en común. Todos ellos eran (y son) una preciosidad desde el punto de vista de diseño. Todos ellos eran rupturistas en uno u otro sentido, y todos ellos se sentían como el comienzo de algo nuevo y prometedor. Eran móviles con los que te ilusionabas.
Pay nothing, get 'Ted Lasso' Best Buy is offering free subscriptions to Apple TV+, Apple Fitness+, Apple News, and Apple Music.
Algunos lograron cumplir esa promesa y sus tecnologías florecieron en los gigantes que son ahora (Apple y Android). Otros... ¡Bueno!... Aún hoy los guardo en un cajón y recuerdo con cariño lo mucho que me gustaron en su momento. ¿Será Nothing el unicornio de la telefonía que muchos creen que es o terminará el Phone (1) en el mismo cajón de mi escritorio donde ahora comparten retiro el Lumia 800 y la BB Z10? Eso depende por entero de las decisiones que tome la compañía. De momento, me conformo con intentar explicar por qué me ha gustado tanto, que no es tarea fácil. Comencemos por el diseño.
El primer teléfono de Nothing es una preciosidad sólida y asequible que puede hacer mucho ruido en el mercado Android.
El primer teléfono de Nothing es una preciosidad sólida y asequible que puede hacer mucho ruido en el mercado Android.
El Nothing Phone (1) tiene esa cualidad intangible que te hace sostener un móvil por primera vez y exclamar “¡wow!” bajito. Y no es que sea rompedor desde el punto de vista estético. Siendo reduccionista (y un poquito cabrón), el primer terminal de la compañía es básicamente un iPhone 13 “transparente”. Pongo lo de transparente entre comillas porque el cristal Gorilla Glass de la parte posterior no deja ver todas las tripas del móvil al natural, sino solo las que son bonitas de ver, e incluso esas se han maquillado con un color uniforme (blanco o negro según el modelo).
Aunque sea una transparencia un poco tramposa, sigue teniendo mucho mérito y es extremadamente resultona. Desde luego, es mucho más elegante que la de otros móviles transparentes como los Redmagic , que se empeñan en poner las especificaciones del teléfono y el logo de Snapdragon en los componentes a la vista, como si fuera un Fórmula 1 con carrocería de metacrilato.
De hecho, elegancia y simplicidad son las palabras clave aquí. Desde la pantalla de marcos completamente simétricos al chasis de aluminio o al módulo minimalista de cámaras, se nota que todo en el aspecto visual del Nothing Phone (1) se ha pensado mucho. En un mercado en el que el 99% de los móviles Android son clones de cuatro modelos básicos, el Nothing Phone (1) es un soplo de aire fresco muy bienvenido.
Pero no es solo el aspecto del teléfono lo que hace que tengamos ese primer flechazo. Es la construcción. Las juntas, el tacto de los botones o la textura de los acabados son de una calidad de 10 que solo suelo ver en Apple y en un puñado de fabricantes de Android muy sólidos en este aspecto como Huawei o Sony.
Apagado y con una pegatina con el logo de la manzana en la parte trasera el Phone (1) podría pasar perfectamente por una edición muy excéntrica del omnipresente móvil de los de Cupertino. Apple tiene muchas cosas vergonzantes , pero la precisión en el ensamblaje es algo de lo que generalmente puede presumir. Esta calidad es doblemente paradójica en el Phone (1) porque hablamos de un gama media de un fabricante completamente nuevo. El Phone (1) no pretende ser un tope de gama con lo último de lo último, sino un teléfono asequible, pero muy bien hecho. Físicamente creo ha logrado ese objetivo con creces.
Esas buenas vibraciones del diseño y la construcción se mantienen a la hora de encender el móvil y comenzar a usarlo. Igual que los Lumia con Windows Phone o el iPhone en su día, el Phone (1) se siente más ágil y rápido que la mayor parte de la competencia en ese rango de precio. El procesador es potente, pero no es especialmente puntero (se presentó en 2021), así que solo me queda pensar en que la razón de esta agilidad está en la versión propia de Android que Nothing ha cocinado para sus teléfonos. Nothing OS 1.0.0 es básicamente Android 12 con una interfaz visual muy cuidada y personalizable.
El Phone (1) no tiene nada de Bloatware salvo por la existencia de una galería compatible con archivos NFT. No tengo la más mínima idea de por qué Nothing ha decidido integrar en su sistema operativo un visualizador de estafas Pump and Dump basadas en dibujos que ya eran feos hace 20 años en DeviantArt. Quitando ese detalle, Nothing OS 1.0.0 parece una versión más minimalista y bonita de Android que el Oxygen OS de OnePlus, pero que también parece aprovechar mejor el hardware disponible.
Hablando de hardware y como ya habrás visto en las especificaciones al comienzo de este artículo, el procesador del Phone (1) es un Snapdragon 778G+ modificado para aceptar carga inalámbrica e inversa. No es precisamente lo último de lo último en potencia. Su rendimiento en los test sintéticos queda muy por debajo del de otros gamas altas con procesador Snapdragon 8 Gen 1. Sin embargo, no he tenido problema en jugar a juegos tragones como Call of Duty Mobile, Asphalt 9 Legends, o Genshin Impact sin notar retardo gráfico o apenas calentamiento. Eso sí, si lo que buscas es un móvil específicamente dedicado a juegos para poner la calidad gráfica al máximo este no es el droide que andabas buscando (ni lo quiere ser). De nuevo, diría que en el apartado rendimiento la integración de componentes es la clave . El modelo que he probado, por cierto, es el que tiene 8GB de memoria y 256GB de ROM (UFS 3.1). La versión con 12GB debería ir incluso más suave gracias a esos 4GB de más..
Imposible cerrar el capítulo de usabilidad sin tocar una de las funciones que más llama la atención del Nothing Phone (1), y que paradójicamente es la menos usable de todas: la interfaz de glifos. La parte trasera del Phone (1) oculta la friolera de 900 microLED que recorren las tripas del teléfono en una serie de caprichosos trazos. Se supone que el usuario puede configurar esas líneas luminosas con diferentes patrones para que sirvan como un sutil sistema de notificaciones. El problema es que ahora mismo no se puede hacer mucho más que adjudicar diferentes patrones preestablecidos a contactos concretos como si fueran timbres visuales.
No se pueden, por ejemplo, definir patrones para las notificaciones provenientes de una determinada aplicación como Slack, Telegram o Discord. De hecho, y para ser ideal, la interfaz debería permitir al usuario dibujar patrones propios y asociarlos con canales o chats concretos dentro de una aplicación. De esta manera (hablo de mi caso concreto) podría hacer que ese enorme trazo con vaga forma de G se iluminara cuando recibo notificaciones de trabajo en Gizmodo, que las notificaciones de Instagram iluminen el trazo que rodea a las cámaras, o que Whatsapp solo iluminara el pequeño punto de abajo. Necesito muchas más opciones, y la versión actual de la interfaz de glifos no las tiene ahora mismo.
Sin esas opciones, el sistema de glifos se queda en una curiosidad muy poco usable. Por cierto, también se echa en falta un botón de demostración que permita encender todas las luces a la vez en plan barraca de feria. Lo se. No es una opción elegante, pero es crucial desde el punto de vista del boca a boca de la marca. Cuando alguien que conoce el teléfono lo ve por primera vez, lo primero que quiere es que le enseñes las lucecitas, y ahora mismo no hay manera de mostrarlas todas a la vez sin bucear en la configuración mientras murmuras excusas y explicaciones. La buena noticia es que todas estas carencias se pueden solucionar perfectamente con una actualización de software.
La pantalla del Phone (1) tiene una temperatura de color extremadamente cálida, sobre todo comparada con la luz azulada de las AMOLED. Acostumbrado como estoy a las pantallas de Samsung sorprende un poco, pero en seguida te acostumbras y, de hecho, sus colores me resultan más naturales y cómodos a la vista. Nothing asegura que el Phone (1) tiene un brillo de 500 Nits con picos de hasta 1200 en situaciones de muchísima luz ambiental. En las pruebas que hemos hecho con un calibrador, el brillo llega a los 495 Nits. No hay ningún problema en mirar la pantalla a pleno sol siempre y cuando no combines modo oscuro con letra pequeña o pretendas jugar a un juego de terror gótico en la playa en pleno agosto. La pantalla corre a 60 o 120Hz en función del contenido y dispone de un soporte táctil de 240Hz para juegos. No he encontrado un menú que me permita elegir la frecuencia manualmente, pero no lo necesito.
Normalmente, mis dedos se llevan mal con los sensores de huellas dactilares. El del Nothing Phone (1) es una notable excepción. No solo me reconoce a la primera cada vez, sino que lo hace rápido. Un discreto anillo de luz blanca marca el lugar donde tenemos que poner el dedo. El reconocimiento facial no es tan ágil, pero tiene una función para reconocernos con mascarilla. Eso sí, echo de menos una segunda cámara frontal que permita reconocer al usuario en la oscuridad.
En cuanto al sonido, el Phone (1) tiene dos altavoces estéreo dobles. El de arriba está disimulado en el borde de la pantalla. mientras que el de abajo reposa bajo la clásica rejilla. No suenan mal, pero tampoco bien. Reverberan mucho si los pones al máximo y les falta mucha pegada en graves, pero esto es algo que considero un fallo bastante menor en móviles porque sencillamente no hay sitio para mucho más. En el lado positivo, la tridimensionalidad del sonido es muy buena, y los altavoces se portan mejor separando música, sonidos y voces en películas, series o videojuegos, que en reproducción musical.
La batería del Phone (1) es una 4.500mAh con carga rápida de 33W e inalámbrica de 15. Los tiempos de carga especificados por OnePlus son de 70 minutos con cable o de 150 minutos en inalámbrica. No está mal, pero hay muchos gamas media que ya superan con creces estas especificaciones. El Phone (1) aguanta todo el día sin despeinarse (día y medio en realidad), lo que lo deja en la media de lo que se considera normal.
El Phone (1) cuenta con solo dos cámaras. Nothing justifica esto con cierta socarronería diciendo que la gran mayoría de los móviles de gama media que tienen una tercera cámara lo hacen solo para decir que la tienen y que una cámara macro de 4MP básicamente no sirve para nada a efectos prácticos.
No puedo estar más de acuerdo. De hecho, el modo macro que el Nothing Phone (1) simula usando el gran angular pone en evidencia a todos los móviles con supuesta cámara macro que he probado en el último año (muchos de ellos de OnePlus). El Phone (1) tiene las siguientes cámaras:
Sobre el papel no parece nada del otro mundo, pero los resultados son excelentes hasta el punto que me recuerdan mucho a las fotos que sacan los Pixel en términos de ajuste de color y calidez. La buena noticia es que, en buenas condiciones de luz, el Phone (1) saca unas fotos muy satisfactorias. La mejor noticia es que esa calidad se mantiene y hasta mejora en fotos nocturnas. A continuación algunos ejemplos.
Además del color y de la maravillosa calidez de las fotos, otra cosa que me ha llamado la atención de las cámaras del Phone (1) es el autoenfoque. Funciona mucho mejor que el de los últimos OnePlus y diferencia varios planos de manera automática y sin que tengamos que pulsar del dedo sobre una zona u otra de la foto. El objetivo de este sistema es difuminar las partes en segundo plano para dar a las fotos un aspecto más cercano al que tendrían sacadas con una cámara tradicional. El único problema es que a veces se lía intentando dar a las fotos ese bokeh de réflex y difumina zonas que no debería. De todos modos es algo que me ha pasado solo en dos fotos de casi 100, y seguramente el fallo pueda pulirse mediante actualización. El desenfoque en modo retrato es muy bueno también.
Con el gran angular sucede una cosa, y es que el sensor JN1 de Samsung no es tan bueno como el Sony que lleva la cámara principal. A resultas de eso los colores tomados con el Gran Angular son algo más deslavados. La diferencia es pequeña y probablemente se pueda corregir ajustando los algoritmos, pero está ahí.
Es cierto lo que dice Nothing de que la tercera cámara macro de otros móviles suele ser un brindis al sol, pero también es cierto que el macro del Phone (1) no es tan potente como el de otros móviles. Solo te permite acercarte hasta unos 4cm del objetivo. Eso sí, la gestión de color de las fotos macro es fantástica y no se confunde de plano al enfocar.
El zoom digital del Phone (1) es razonable en 2X y hasta podemos forzarlo a 5X si la luz es buena, pero a partir de ahí empasta más que un profesional del gotelé. El límite de 20X es más para curiosear a lo lejos que para obtener fotos usables. Nada, como decía, que no se viese venir de lejos. En este sentido, y pese a la vocación de Nothing por el minimalismo funcional, creo que una tercera cámara teleobjetivo le vendría que ni pintada al Phone (1). Quizá la saquen en una versión pro, como en el iPhone.
Tanto en retratos con la cámara principal como en selfies, los modos retrato del Phone (1) se portan con nobleza y añaden como guinda al pastel esos tonos cálidos del Pixel que personalmente me encantan. La capacidad de tomar selfies nocturnos es otra cosa muy poco vista que eleva esta categoría hasta el notable.
El modo nocturno del Phone (1) recuerda mucho al de los Pixel en el sentido de que el postprocesado realmente saca mucha información de luz de cada foto, y además lo hace con colores muy naturales. El resultado son fotos nocturnas vistosas y bien enfocadas incluso en muy malas condiciones de luz.
Un detalle interesante es que el zoom, al no depender de una tercera cámara, respeta completamente el color de la imagen tomada a su tamaño original. El Phone (1) tiene modo nocturno también en retratos con la cámara frontal, y es de los mejores que he visto últimamente (los selfies nocturnos suelen ser asignatura pendiente de la mayor parte de gamas medias). En cuanto al gran angular nocturno, también es más que decente, aunque sus colores son más apagados que los de las fotos tomadas con la cámara principal.
A nivel de vídeo, las cámaras del OnePlus graban a un máximo de 4K y 30FPS. Los 60FPS solo se pueden alcanzar en 1080P. La cámara lenta es especialmente buena también. La aplicación de cámara “se inspira” en la de Google en el sentido de que sus menús son minimalistas y no tiene funciones raras que al final sirven a medias como los infames modos de fotografía familiar.
Por concluir el apartado fotográfico, baste decir que el hecho de que solo tenga dos cámaras no es en absoluto un problema. El Phone (1) no saca fotos perfectas (ninguno lo hace) pero sacar fotos con él es divertido, fácil y muy satisfactorio, tanto de día como de noche. Especialmente de noche, diría yo.
El Phone (1) no es el mejor móvil Android del mercado en términos de especificaciones, pero si buscas un buen teléfono por alrededor de 500 euros lo recomiendo encarecidamente. Las lucecitas aquí son lo de menos. Lo interesante es que es un gama media potente, equilibrado, bien construido y muy, muy bonito. Es cómodo de usar, su versión de Android 12 es vistosa e intuitiva, la batería es correcta y sus cámaras sacan muy buenas fotos. No se puede pedir mucho más, y sin embargo Nothing ha dado con ese plus que les falta a otros: personalidad.
Llegados a este punto, creo que es justo darle al Nothing Phone (1) la nota máxima. No porque sea perfecto en todos y cada uno de sus detalles (tiene pequeños desajustes de software aquí y allá), sino porque, para ser una ópera prima, es extraordinariamente bueno y usable. Creo que no hace falta que hablemos aquí de operas primas que fueron un auténtico desastre como el primer iPhone sin ir más lejos.
Como decía arriba, el Nothing Phone (1) me ha evocado los buenos tiempos de los teléfonos móviles, cuando aún se lanzaban cosas originales, atrevidas, y encima bien hechas. En muchos aspectos (buen hacer, simplicidad, diseño y un cierto desdén altivo por las especificaciones técnicas en favor de la integración de componentes de probada eficacia) el Nothing Phone (1) se parece mucho al iPhone. También se parece mucho a los Pixel, con el matiz de que aquí el hardware está bien integrado y funciona bien. No conozco ni un solo móvil Pixel de Google (los he probados todos menos el 6) cuyo hardware no falle como escopeta de feria en algo. Ojalá volvieran a la filosofía de los Nexus.
El Phone (1) tiene lo necesario para convertirse en la nueva unidad de medida de la gama media Android, un canon que debería ocupar el Pixel, pero no lo hace porque patata. En cierto modo es el iPhone que le faltaba al mercado Android. Ahora toca ver qué acogida tendrá, y si en Nothing sabrán mantener esa personalidad en sus futuros terminales. Para ser el primero que hacen, el Phone (1) es rematadamente bueno y equilibrado. Ahora Nothing solo necesita lanzar un Phone (1) Pro con mejor procesador, carga más rápida y una tercera cámara zoom y el resto de fabricantes harían bien en empezar a preocuparse por estos recién llegados.